En el artículo de hoy os hablaremos de la otitis y de cómo el verano provoca que se dé cada vez con mayor frecuencia este tipo de problema auditivo.
Se denomina otitis a una inflamación del oído, a menudo causada por una infección. Es en los meses de verano cuando este problema se da con más frecuencia debido, por un lado, al aumento de la sudoración, las altas temperaturas, y por otro, a las duchas y baños más habituales. En ambos casos, se produce un incremento de la descamación de la piel que recubre el oído y aumenta la humedad. Como consecuencia, se genera un ambiente donde las bacterias y, en ocasiones, los hongos pueden proliferar mejor. Se trata de una de las enfermedades más frecuentes en la infancia y uno de los principales motivos de consulta al pediatra. De origen viral o bacteriano, la persistencia de este proceso durante varios meses puede dar lugar a la pérdida de audición en los niños; por tanto es algo a lo que debemos prestarle una especial atención.
En verano se da con más frecuencia y se denomina «otitis del bañista»
De acuerdo al tiempo de evolución, la otitis media puede ser: Aguda (el proceso dura menos de tres semanas y normalmente de súbita aparición), Subaguda (la infección perdura de tres semanas a tres meses) y Crónica (la enfermedad se prolonga más de tres meses).
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), se calcula que a la edad de cinco años, más del 90% de los niños habrá sufrido un episodio de otitis media aguda y el 30% desarrollará seis o más recurrencias hasta los 7 años. A partir de esa edad, la incidencia disminuye de manera significativa. Por otra parte, esta infección es más frecuente en los niños que en las niñas.
Durante el verano, aunque nos bañemos en piscinas con aguas tratadas o en playas con bandera azul, esta otitis externa puede aparecer por la presencia previa de microorganismos. Por otro lado, si la calidad de las aguas no es buena (pantanos, playas sin bandera azul, piscinas con agua no tratada o muy masificadas), la posibilidad de desarrollarla es aún mayor.
Los síntomas más comunes de la otitis son: dolor en el oído que suele aumentar al tragar, rojez del conducto auditivo y en ocasiones, secreción. Pueden ir acompañados también de otros síntomas asociados como fiebre y malestar general. En el caso de los bebés y los niños muy pequeños, el signo más claro es la irritabilidad y el llanto constante. En ocasiones, también se presenta fiebre, problemas para dormir y rechazo al alimento.
Pautas que te pueden ayudar a prevenirla: evita el baño en aguas de poca confianza, usa gorro de baño o tapones y mantén el conducto auditivo limpio y seco. El uso de bastoncillos no es recomendable, solo empujarán la suciedad más al interior, basta con que uses la punta de una toalla y seques el pabellón auditivo (oreja).
Consejos útiles que te ayudarán a combatirla:
- El calor local alivia el dolor. Para ello puedes aplicar compresas calientes pero secas en la parte externa del oído afectado.
- Acude inmediatamente al médico ante los primeros síntomas. Si notas que el pequeño se muestra muy irritable, llora constantemente o sobre todo a mitad de la noche, parece no oír bien, o presenta supuración de líquido por el conducto auditivo, debes consultar al médico cuanto antes. Si somos nosotros los afectados también lo haremos, evitando automedicarnos u optar por remedios caseros.
- Sigue el tratamiento prescrito por el especialista. Sobre todo en el caso de los antibióticos, no se debe pasar por alto ninguna dosis y se debe tomar el medicamento el tiempo indicado, incluso aunque los síntomas desaparezcan.
Esperamos que nuestro artículo os haya sido de gran utilidad… y recuerda: «más vale prevenir que curar»