Celebramos la llegada de la Navidad, pero también celebramos que acabe y que nuestra vida vuelva a la normalidad… uno de nuestros primeros objetivos del año no es otro que recuperar una correcta alimentación y la actividad física habitual, tras los excesos navideños.
Dejar de comer no nos va a ayudar
Lo mejor es poner remedio cuanto antes y que los kilos se vayan tan rápido como han llegado. Para ello basta con seguir una dieta baja en calorías, rica en alimentos vegetales, alimentos frescos… y a ser posible iniciar alguna actividad física o retomarla tras haberla aparcado durante las fiestas navideñas. Para bajar unos kilos es importante es que comamos menos cantidad sin dejar de comer bien y tomando de todos los grupos de alimentos, aunque dando más protagonismo a los que, de por sí, son menos calóricos:
- Predominio de las verduras: este grupo de alimentos tiene que estar presente en abundante cantidad en cada comida principal, comida y cena. Son bajos en calorías, contienen fibra, son saciantes y además son ricos en vitaminas y minerales.
- Ensaladas: deben estar elaboradas con ingredientes vegetales del tipo lechuga, brotes, tomate, cebolla, zanahoria, etc. Podemos añadir un par de ingredientes extra algo más calóricos como: olivas, aguacate, pipas, frutos secos, semillas. Y debemos evitar los ingredientes muy calóricos como el queso (a excepción de que sea fresco) y las salsas.
- Disminuir el consumo de carne a favor de pescado y legumbres: con el pescado conseguimos proteínas de calidad con un valor energético menor que las carnes, especialmente cuando pensamos en el pescado blanco. El pescado azul, aunque no es tan ligero, tiene un tipo de grasa que no tiende a acumularse en el organismo. Introducir las legumbres nos aportará proteínas y muchísima fibra, que nos ayudará tanto a la saciedad como al tránsito intestinal.
- Disfrutar de la fruta: imprescindible y mejor entre horas que después de las comidas. Eliminarla como postre de las comidas principales y dejarlas para media mañana y media tarde durante unos días nos ayuda a comer menos y a bajar de peso.
- Ingesta de cereales: pequeñas cantidades y siempre integrales.
- La importancia del agua: no olvidar de tomar unos 2 litros de agua al día. Adelgazamos más y mejor si estamos hidratados. También contribuyen a hidratarnos los zumos de frutas naturales y las infusiones.
Estos hábitos alimenticios tendrán su efecto si evitamos caer en errores frecuentes tales como ayunar, saltarse comidas o eliminar grupos de alimentos de nuestra dieta, ya que puede provocarnos:
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Una alteración del metabolismo, haciéndolo más lento. Cuando nuestro cerebro detecta que no llega alimento de forma regular envía señales de ahorro de energía al organismo, cosa que nos hará no quemar apenas calorías y coger aún más peso cuándo empecemos a comer como lo hacemos de forma habitual.
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Un mayor apetito. Cuando nos saltamos comidas acumulamos mucha más hambre, de manera que cuando llega el momento de comer o cenar, sin ser conscientes, nos pasamos.
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Desequilibrios en la ingesta de nutrientes. Prescindir de algunos alimentos o grupos de alimentos, como los lácteos, los cereales, las carnes o los frutos secos puede ser peligroso puesto que puede desequilibrar nuestra dieta o hacerla demasiado pobre, ocasionando ingestas insuficientes de algunos nutrientes. De lo único de lo que podemos prescindir es de los dulces y de alimentos excesivamente grasos y calóricos, pues de hecho éstos son totalmente prescindibles en nuestra dieta.
Volvemos a hacer hincapié en lo importante que sería introducir en nuestro día a día la realización de alguna actividad física o deportiva. Una actividad saludable que recomendamos y apta para todas las edades es la de incluir paseos diarios, a un ritmo algo más elevado del que solemos llevar al andar.
A todo lo indicado anteriormente, podemos incluir una ayuda extra con la que lograr también un mejor control sobre nuestro peso. En el mercado existen productos diseñados para el control efectivo del peso cuando se toman en combinación con una dieta equilibrada y se realiza una actividad física frecuente.
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No hay dieta infalible… solo hay hábitos saludables
Se acabaron las excusas… tu bienestar, tras los excesos navideños, depende tan solo de ti.